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Nudge: racionalidad limitada y paternalismo

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Por José Francisco García.

Cualquier interesado en las políticas públicas debe leer obligatoriamente el libro de 2008 de los entonces Profesores de la Universidad de Chicago, Richard Thaler y Cass Sunstein (que partiría a Harvard 6 meses para luego integrarse al gobierno Obama): “Nudge. Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness” (Yale University Press, 2008; traducido como Un Pequeño Empujón (Nudge) por Taurus, 2009).

En éste, los autores desarrollan los principales aspectos de la denominada “economía del comportamiento” (behavioral economics) y su aplicación práctica en decisiones en políticas públicas y regulatorias en áreas tan diversas como salud, el crédito o el matrimonio. Es una crítica al corazón del pensamiento de la Escuela de Chicago.

La premisa central dice relación con los supuestos de la economía neoclásica en torno al agente racional: ¿cómo la “gente real” diferiría del homo economicus? Para los autores, las personas reales toman sus decisiones bajo condiciones de racionalidad limitada, una voluntad limitada, y un interés propio limitado.

En primer lugar, racionalidad limitada, una idea introducida originariamente por Herbert Simons, se refiere al hecho de que las habilidades humanas cognoscitivas no son infinitas. Bajo esta lógica, tenemos habilidades computacionales limitadas y memorias seriamente defectuosas. Las personas pueden responder sensatamente a estas debilidades; por tanto se puede decir que las personas algunas veces responden racionalmente a sus propias limitaciones cognoscitivas minimizando la suma de los costos de sus decisiones y el costo de sus errores. Para enfrentar nuestra limitada memoria hacemos listas. Para enfrentar nuestro limitado poder mental y tiempo utilizamos atajos y métodos prácticos.

Pero a pesar de remedios, y en algunos casos debido a estos remedios, el comportamiento humano difiere de manera sistemática de lo que predicen modelos económicos estándar con un comportamiento racional sin límites. Aun cuando la utilización de atajos mentales es racional, puede producir errores predecibles. Las salidas del  modelo estándar pueden dividirse en dos categorías: juzgar y toma de decisiones. El juzgamiento en sí muestra el alejamiento sistemático de modelos con pronósticos confiables, y las decisiones frecuentemente violan los axiomas de la teoría de la utilidad esperada.

En segundo lugar, los agentes racionales tienen un poder de decisión limitado, esto es, los seres humanos muchas veces tomarían decisiones que saben están en conflicto con sus intereses de largo plazo. La mayoría de los fumadores dicen que preferirían no fumar, y pagan dinero para integrarse a un programa o para obtener una droga que les ayuden a dejar de hacerlo. Así como en la racionalidad limitada, muchas personas reconocen que tienen un poder de decisión limitado y toman medidas para mitigar sus efectos.

Finalmente, la idea de interés propio limitado, refleja que las personas se preocupan, o actúan como si se preocuparan, sobre los demás, incluso extraños, en algunas circunstancias. Para los autores, la noción es distinta del simple altruismo, que la economía neoclásica asume, y el límite opera de maneras diferentes de lo que sugiere una comprensión convencional. En muchos escenarios de “marketing” y de negociación (opuesto a escenarios no de mercado tales como las decisiones en legados), las personas se preocupan de ser tratadas justamente y desean tratar a otros justamente si esos otros se están comportando justamente. Como resultado de estas preocupaciones, los agentes en un modelo de comportamiento económico son más amables y (cuando no son tratados justamente) más rencorosos que los agentes postulados por la teoría neoclásica. Modelos formales han sido utilizados para mostrar como las personas enfrentan tanto la justicia como la injusticia”

Si bien a primera vista la propuesta es interesante y a ratos seductora; sólo lo es a primera vista; se trata al final de una nueva manera de defender el paternalismo. De hecho; los autores lo denominan “paternalismo libertario”, aunque de libertario no tenga nada.

 

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José Francisco García

Coordinador de Políticas Públicas Libertad y Desarrollo. Abogado y Magíster en Derecho UC. Máster y Doctor en Derecho U. Chicago. Profesor Derecho Constitucional UC. @chechegarcia

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