A dos semanas del inicio de las campañas electorales y con muchos parlamentarios en busca de la reelección, se vuelve preocupante el bajo qúorum que tendrá el Congreso durante el mes previo a las elecciones. La baja asistencia a la discusión sobre la Ley de Presupuesto para 2014 en la Cámara de Diputados el pasado 30 de septiembre no parece una casualidad y surge la interrogante sobre el control parlamentario. Aparece el ejemplo de regulación que tienen las municipalidades, pero preocupa que no exista tal control en el Congreso.
El Congreso está en el ojo del huracán. El pasado 30 de septiembre comenzó la discusión sobre la Ley de Presupuesto para 2014, y en la primera sesión destacó la ausencia de gran parte de los diputados. El hecho ha sido motivo de críticas, más aún si se toma en cuenta que el próximo 17 de octubre se inicia el periodo formal de campañas electorales, cuestión que dejará fuera del Congreso a un importante número de senadores y diputados durante un mes. El cuestionamiento principal reside en el tiempo que gastarán los parlamentarios en campañas políticas dejando fuera de sus prioridades la discusión de la Ley de Presupuesto Nacional.
La situación se enlaza con la regulación que sí existe en las municipalidades, que establece claramente los períodos de campañas electorales, en la que alcaldes y consejales deben dejar el cargo sin goce de sueldo para poder dedicar tiempo a sus campañas políticas, dejando a un subrogante a cargo. La ley 18.700 sobre votaciones constitucionales de escrutinios, establece claramente en su artículo 30, inciso 5, que la propaganda política o electoral solo podrá efectuarse desde el decimocuarto y hasta el tercer día anterior de las votaciones, incluyendo ambos días.
La Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades (18.695) establece en su artículo 107 inciso 3 que en caso de que un alcalde o concejal postule a reelección dentro de su comuna, se procederá a su subrogación desde los 30 días anteriores a la fecha de la elección hasta el día siguiente de ella. Por dictamen de la Contraloría, el subrogante del alcalde recibe un sueldo. Dicha persona, debe ser el empleado en ejercicio que le siga en orden de jerarquía, con exclusión del juez de policía local.
Las leyes descritas son un reflejo de regulación y control de representantes en casos de campañas políticas para nuevos períodos. Sin embargo, estas regulaciones están presente solamente en materia municipal, lo que significa que hay un vacío regulatorio en el caso parlamentario. La falta de fiscalización y control legal refleja que la ausencia parlamentaria está a libre disposición de los diputados y senadores, lo que hace que ellos puedan usar el tiempo de su trabajo como representates públicos en campañas políticas para ser reelectos. Peor aún es el hecho que este vacío regulatorio deja al descubierto; los parlamentarios no sólo usan su tiempo de trabajo en el Congreso para otros fines, sino que también siguen recibiendo sus sueldos y beneficios.
A pocos días del inicio de las campañas políticas - que durarán un mes a partir del 17 de octubre - y en medio de discusiones parlamentarias de suma reelevancia, como el de la Ley de Presupuesto para 2014, la situación adquiere una dimensión de preocupación mayor. Se presenta un mes de trabajo parlamentario con importantes ausencias de diputados (quienes se parean para ausentarse) y el vacío de control hace que esas faltas no cuenten con subrogaciones y que los parlamentarios no renuncien a su sueldo. De esta manera se postergan discusiones, las decisiones quedan desplazadas al bajo qúorum y las semanas distritales son movidas de su correspondiente fecha.
La no existencia de regulaciones a los parlamentarios del país enmarca el trabajo del Congreso de un mes en tiempo perdido. Las campañas hacen que los rostros de los parlamentarios se hagan más visibles que nunca, pero no por su trabajo en el Congreso, sino que porque durantes un mes están dedicados al trabajo de sus comandos.