Por Hernán Ortega.
Luego del crimen de Daniel Zamudio, la sociedad chilena parece haber despertado de un gran letargo donde se había dejado someter a los criterios morales conservadores. La indignación por la crueldad y ensañamiento de sus victimarios produjo que los chilenos comenzaran a abrir los ojos y a expresar el apoyo y compresión.
Desde todos los sectores se escucharon mensajes de repudio a un ataque generado por la homofobia y la ignorancia. Pero este ataque no es el único que los chilenos debemos aguantar. Este sistema nos vive presionando
Somos uno de los últimos países donde se promulgó una ley de divorcio; tenemos la peor distribución de ingresos; un 73% de los trabajadores reciben menos de $350.000 de sueldo; el Mercado tiene como estrategia la usura, colusión o falta de ética para lograr sus aplaudidas ganancias; un país que no norma los abortos terapéuticos porque se “debe proteger una vida”. Recuerden que hasta hace menos de 20 años, Chile aun clasificaba entre hijos legítimos y naturales… ¿Esta es una sociedad sana?
Hoy, y luego del terrible crimen de un chico de 24 años, cuyo pecado era amar a alguien de su mismo sexo, el poder político ha reaccionado solicitando reponer la ley Antidiscriminación e inmediatamente el sector conservador a salido a poner el grito en el cielo.
El diputado Felipe Ward, fiel representante del voto ultraconservador de la UDI, ha declarando que no quiere una ley antidiscriminación porque abre la puerta al matrimonio gay y a la posible adopción de menores. Él no quiere a una sociedad más sana, no quiere que las personas adultas puedan desarrollar una convivencia tal cual ellos elijan. ¡No! Felipe solo concibe el mundo tal cual le enseñaron en su mundo.
Y eso es lo que me llama la atención de la gente conservadora: aferrarse a lo que “debe ser”, la incapacidad absoluta de ponerse en los zapatos del otro, sentirse superiores al pueblo y con la facultad de dictar sus reglas valóricas al resto, porque es en el populacho donde habitan las aberraciones, la inmoralidad, la lujuria. ¿Qué importa si yo me aprovecho de ellos a través de mis empresas? Dios lo perdona cuando le entrego mis donaciones, pero no perdona que la gente ame a libre destajo.
En una sociedad moderna, el respeto por cada individuo debe estar garantizado por la constitución, y no debe ser esta un impedimento para la convivencia, tal cual es y no como quisiera que fuera. Mi realidad dista infinitamente a la de mi vecino, incluso a la de mi hermano. Por eso, si tengo la responsabilidad de legislar, debo hacerlo pensando en el bien común y no imponer mi interpretación del mundo.
Hace solo algunas semanas, una ex diputada UDI, Marcela Cubillos, se casaba en segundas nupcias (divorcio de por medio) con el ministro Andrés Allamand. Lo que parece algo anecdótico, es más bien una burla absoluta a los chilenos. Ella, en 2004, se opuso con gran firmeza a la ley de divorcio argumentando que “sus valores” y el “principio de fortalecer a la familia” era superior… Ocho años más tarde, ella, feliz de la vida, se da una nueva oportunidad.
¿Y qué importa todo lo anterior? ¡Cierra los ojos y legisla! ¡Ábrelos y mírate al espejo! Tan lindo, tan rubio, tan hermosa tu esposa, tan lindos tus hijos, tan verde tu jardín, tan bonito tu auto, tan grande tu casa. Sin lugar a dudas: ¡eres una bendición de Dios! ¡Que duda cabe! Abre la boca y convéncete a ti mismo: “Dios fue creado a mi imagen y semejanza”.
Por Hernán Ortega:
Alinco… Que personaje es este Alinco. Pretérito PPD, que conduce borracho, que tiene sexo en su camioneta y lo pillan, que rehúsa hacerse la alcoholemia, que está a favor del megaproyecto HidroAysen y hoy, que da su voto al peor presupuesto de educación que se recuerde, traicionando a su compinche MEO y de paso, al movimiento estudiantil.
Odiado y despreciado por la derecha antes, luego por la izquierda. Ahora por los estudiantes.
Indolente, inconsecuente, probablemente inculto y feo. Así lo vemos desde acá. Tan feo comparado con los grandes señores DC, RN, UDI.
Pero, ¿quién es verdaderamente René Alinco? Es sólo un hombre que vive lejos de Santiago.
¿Tiene una razón de ser, a parte de una desfachatez enorme?
El tipo es de campo, del sur. Si hasta habla cantadito. Nos resulta imposible entenderlo. ¿Y saben por qué no lo entendemos?, porque al momento de analizar la actualidad de Chile, lo hacemos pensando que Santiago es Chile. Que los problemas que nos aquejan suelen ser los que en verdad importa. Somos tan egocéntricos como MEO y tan ciegos como Carlos Larraín, que pretendemos que todo lo que pase aquí, pasa en todo el país.
Quizás Alinco tenga razón: en el sur sí hace falta Hidroaysen porque faltan trabajos. Qué importa preservar un paisaje hermoso donde sólo pueden llegar los que están en un quintil muy arriba. La mayoría de los chilenos jamás conocerá la Patagonia. ¿No mejor tener algo con qué abrigarse en vez de tener una vista despejada?
¿Qué tiene de malo aprobar el presupuesto de educación si no van a cambiar de un año para otro los resultados? Y lo imperante ahora es asegurar que los niños de esos colegios que a nadie le importa, porque terminarán siendo formadores de temporeros o inquilinos, sí tengan recursos para calentar los pies que recorren kilómetros y kilómetros cada día con el fin de que los cabros al menos junten las letras para entretenerse con LUN.
¿Qué importa que haya conducido borracho? ¿No lo hizo el hermano del presidente y está libre? ¿Qué importa que haya tenido sexo una camioneta?, ¿No es parte de una fantasía colectiva?
A mi me indignan más Sergio Molina, José Joaquín Brunner, Mónica Jiménez y la Mariana Aylwin, ex ministros de educación que se manifestaron en contra de la educación gratis. Ellos, que pudieron hacer algo por frenar la gran estafa que es el mercado de las universidades y sostenedores. Ellos, que desde la aureola de “ex ministro de educación” pretenden venir a aconsejarnos o a inmiscuirse en una batalla que ya no es de nadie más que de de los alumnos, los padres y nosotros, los indignados.
Con qué moral, si cada uno de ellos tienen intereses en el mercado de las universidades privadas o son sostenedores. Y ganan dinero con sus colegios. ¿Y nos dicen que no es buena la gratuidad? Por lo menos que tengan la decencia de llamar a su comunicado de prensa como “Su Propina Es Mi Sueldo”.
Ellos sí viven en Santiago, sí conocen de cerca las necesidades y realidades de los alumnos de la capital. Saben del esfuerzo de sus padres y del sacrificio que es endeudarse. Saben las peleas que la Confech ha dado. Saben de los argumentos que dejan callados a parlamentarios. Saben que hay muchos de sus camaradas y compañeros que han tratado de hacernos creer que cuando fueron Gobierno, sólo la derecha se opuso a acabar con el mercado de los mercenarios de la educación. Saben de qué se trata todo esto…
Pero han preferido usar un viejo traje para justificar que Chile sea uno de los países con peor distribución del ingreso, con la más cara educación, con un endeudamiento insostenible, porque a ellos, cada uno de estos aspectos los hace mejores “emprendedores“.
Así como Patricio Aylwin dijo “Justicia en la medida de lo posible” hoy tenemos a su hija diciéndonos “Educación en la medida que yo siga lucrando”.
Alinco será un cara de raja, pero no un chupasangre.
Por: Hernán Ortega
Nunca he sido de por sí desconfiado, pero al ver tanto error comunicacional en el Gobierno de Sebastián Piñera me he puesto a pensar que no puede ser que tanta gente de “excelencia” y con tantos post grados y doctorados no tengan un plan. Uno que no logramos ver de buenas a primeras.
El show de errores es tan grande que he llegado a pensar que todo esto está total y absolutamente libreteado. Sí, estoy convencido que desde el vilipendiado Segundo Piso, están escribiendo las 24 horas del día los capítulos de esta comedia de errores, en donde todo parece una charada pero no: todo es parte de una película, la cual, de estrenarse se llevaría todos los premios de la academia.
Así que al más puro estilo de Los Premios Oscar, entrego la lista de nominados y premiados:
Mejor actor:
Nominados: Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, el ministro Bulnes, Hinzpeter, Golborne
Ganador: Golborne en su papel del “El Candidato”. Su descaro por el gusto de cortar cintas es irrisorio. Su forma de escapar de las preguntas difíciles está tan bien desarrollada que deja como un actor principiante a Girardi… Hasta opinó cuando ocurrió el accidente en la Ruta 68 (¿¿??). Para ser justos, diría a que ese no fue más que un cameo en una película de desastres.
Mejor Actriz:
Nominadas: Evelyn Matthei, Evelyn Matthei, Evelyn Matthei, Evelyn Matthei
Ganadora: Evelyn Matthei, su papel como gatúbela de la justicia para trabajadores es conmovedor… Salvo a que tengamos buena memoria y recordemos su siempre cerrada defensa de los intereses de los empresarios en el pasado. Ella se opuso al royalty y en el 2005 expresaba su más absoluta desconfianza por Piñera. Tras tan tremenda reconciliación, solo me queda por esperar verlos en una película tipo “Cuando Sebastián conoció a Evelyn”… escena del orgasmo fingido incluido (estoy convencido que Evelyn finge muy bien… ¿Ustedes?)
Mejor actor de reparto:
Nominados: Carlos Larraín, Mañalich, Hinzpeter (de nuevo), Alberto Espina, Pablo Longueira
Ganador: Diría que Hinzpeter, pero por hacerle bullying, lo dejaremos pasar. Longueira se lo lleva. Su tan poco disimulada ganas por ser presidente es tan vergonzosa como su paso por “Tolerancia 0” hace un par de meses. ¡Lo hacía mejor que Piñera en campaña! Y sus desencuentros con Larroulet y Larraín son de antología. Están muy bien coordinados para parecer descoordinados. Un buen trabajo del equipo
Mejor actriz secundaria:
Nominadas: Ena Von Baer, la diputada Pepa Hoffman, Cecilia Pérez, Carolina Plaza
Ganadora: Por estrecho margen, para la intendenta Cecilia Pérez, a la cual la veo en una película de David Cronenberg. Los argumentos esgrimidos para sitiar Las Condes ante la llegada de los rotos es de otro planeta (uno donde no hay derecho al libre desplazamiento, claro está). O esa sutil “si encuentra que Carabineros se excedió vaya a la justicia” cuando desalojaron a los estudiantes del rio Mapocho, es simplemente una línea de un guión de David Lynch… De esas que uno nunca sabe que está sucediendo.
Premios menores
Mejor lagrimeo: Hinzpeter, ya lo he visto llorar dos veces. Ha pasado frio el pobre también. No ha sido menor su sacrificio. Tampoco lo acompañan los números, la delincuencia ha aumentado. Su trabajo para frenar “la fiesta de los delincuentes” ha sido tan malo que ya a estas alturas, debe estar enfiestado con ellos.
Mejor guión: el que recitó Piñera en la ONU. Qué duda cabe! Tildar de “Noble y generoso” a un movimiento que ha reprimido y ha tratado de dividir por todos los medios es francamente un insulto a la ciudadanía. Lo secunda Chadwick, con su “El estado debe atender las demandas”…
Mejor puesta en escena: La reunión de la CONFECH en La Moneda. ¿A qué fueron los cabros? Le seguían ofreciendo lo mismo: seguir financiando a los bancos, universidades privadas y sostenedores. Ni siquiera hubo un acta. ¡Una mínima minuta! ¿Para qué? ¡Para desdecirse en cualquier momento, pues!
Este gobierno de los mejores y su excelencia no solamente es una comedia de errores, es una película críptica porque no sé dónde vamos a terminar. Solo sé que cada vez es un gobierno más alejado de la ciudadanía (es cosa de ver que las giras de Piñera por el país es casi sin público ni autoridades locales).
Lamentablemente, esto no es Hollywood, sino Chile, un país que por 20 años estuvo dormido, y creo yo, hoy recién se comienza a filmar “Democracia Verdadera”, porque esta sociedad de acuerdos en la que vivimos solo ha sido beneficiosa para los grupos regentes. Con ello incluyo a la derecha, izquierda, empresarios, Iglesia… Todos, menos la gente.
Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero estoy esperando ya el estreno de “Bachelet, el regreso: Armada de pies a cabeza”. Me gustan las películas bélicas y ver caer al malo al final del rodaje… Aunque eso pasa solo en la gran pantalla. En la vida real siempre el muerto lo carga el ciudadano común y corriente.